miércoles, 4 de enero de 2012

EL ROMANTICISMO

INDICE

INTRODUCCIÓN.................................................................................... 1

EL ROMANTICISMO............................................................................. 2

ETIMOLOGÍA......................................................................................... 3

CARACTERÍSTICAS.............................................................................. 3

MANIFESTACIONES CULTURALES................................................... 5

ROMANTICISMO ALEMÁN.................................................................. 6

ROMANTICISMO FRANCÉS................................................................ 6

ROMANTICISMO INGLÉS.................................................................... 7

ROMANTICISMO ITALIANO.............................................................. 10

ROMANTICISMO RUSO...................................................................... 10

ROMANTICISMO CHECO................................................................... 10

ROMANTICISMO PORTUGUÉS......................................................... 11

ROMANTICISMO RUMANO............................................................... 11

ROMANTICISMO ESTADOUNIDENSE............................................. 11

ROMANTICISMO ARGENTINO......................................................... 12

ROMANTICISMO MEXICANO........................................................... 12

OTROS ROMANTICISMOS EN LATINOAMÉRICA.......................... 13

LUGARES DE REUNIÓN..................................................................... 13

ROMANTICISMO MUSICAL............................................................... 14

EL ESPÍRITU ROMÁNTICO................................................................ 15

PINTURA ROMÁNTICA...................................................................... 15

EL SISTEMA Y LOS VALORES DEL ROMANTICISMO................... 16

EL INDIVIDUALISMO, EL SENTIMENTALISMO, EL MISTICISMO 17

LA MITOLOGÍA NÓRDICA SUSTITUYÓ EN LOS CUADROS A LOS DIOSES GRECOLATINOS.................................................................................. 19

VIOLENCIA.......................................................................................... 20

IDEOLOGÍA POLÍTICA........................................................................ 21

ESTILO.................................................................................................. 21

PERÍODOS............................................................................................ 24

POESÍA ROMÁNTICA......................................................................... 35

PRINCIPALES POETAS ROMÁNTICOS............................................ 36

POETAS ROMÁNTICOS MENORES.................................................. 36

POSTROMANTICISMO....................................................................... 37

PRERROMANTICISMO....................................................................... 39

CARACTERÍSTICAS DEL PRERROMANTICISMO.......................... 39

EL PRERROMANTICISMO EN EUROPA........................................... 40

LITERATURA ESPAÑOLA DEL ROMANTICISMO.......................... 49

CONCLUSIÓN...................................................................................... 54

BIBLIOGRAFÍA.................................................................................... 55

ANEXOS............................................................................................... 56


INTRODUCCIÓN

El Romanticismo fue un movimiento artístico que tuvo repercusiones importantes en pintura, música y, sobre todo, literatura. Como corriente literaria conoció su máximo esplendor a principios del siglo XIX.

Para los clasicistas la belleza depende, en forma subjetiva, de los objetos (unidad, variedad, regularidad, orden, proporción, etc.), más que de la sensación que producen éstos en quien los contempla. La belleza, en consecuencia, ha de proporcionar un estado de placer sereno, fruto del orden y la proporción, como ocurre con el arte griego. Pero también se tuvo en cuenta en el siglo XVIII junto a lo bello lo sublime, que desde la Antigüedad tenía que ver con la emoción. Dice el griego Longinos:

"lo sublime es lo que nos emociona por su magnitud y energía superior a las facultades humanas; la Naturaleza, el cosmos, la grandeza y profundidad de pensamiento..."

Junto a la belleza clásica y serena, los neoclásicos también disfrutaron, pues, de la sublimidad, de las emociones fuertes en el arte, de la Naturaleza majestuosa y sublime, de los motivos fúnebres, macabros o sobrenaturales.

Estos son pinceladas de lo que representa el romanticismo, a continuación detallamos todo lo esencial de este movimiento que tuvo mucha repercusión sobre todo el Europa a principios del siglo XIX.


EL ROMANTICISMO

El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo es que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación se desarrollan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.

Se desarrolló fundamentalmente en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Inglaterra a Alemania hasta llegar a países como Francia, Italia, Argentina, España, México, etc. Su vertiente literaria se fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o el Prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de Posromanticismo, una derivación del cual fue el llamado Modernismo hispanoamericano. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, el arte y la música. Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la exaltación del yo.

Etimología

Si bien está clara la relación etimológica entre romántico y el término francés para novela roman, no toda la crítica se pone de acuerdo. En todo caso parece que la primera aparición del término se debe a James Boswell a mediados del siglo XVIII, y aparece en forma adjetiva, esto es, romantic o romántico. Este término hace referencia a lo inefable, aquello que no se puede expresar con palabras. Así, en un principio, se entendería que un sentimiento romántico es aquel que requiere de un roman para ser expresado. El texto de Boswell se tradujo a varias lenguas, llegando a alcanzar especial fuerza en alemán, con la difusión de romantisch, en oposición a Klasik. La difusión del término es irregular por países; en 1815 en España podemos encontrar romancesco junto a romántico, estabilizándose el segundo ya en 1918.

Características

Saturno devorando a un hijo, una de las Pinturas negras de Goya, realizada durante el Trienio Liberal (1820–1823), y que, so capa mitológica, alude a la famosa frase de Vergniaud poco antes de ser guillotinado: «La Revolución devora a sus propios hijos».

El Romanticismo es una reacción contra el espíritu racional y crítico de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:

  • La conciencia del Yo como entidad autónoma y fantástica.
  • La primacía del Genio creador de un Universo propio.
  • La supremacía del sentimiento frente a la razón neoclásica.
  • La fuerte tendencia nacionalista.
  • La del liberalismo frente al despotismo ilustrado.
  • La de la originalidad frente a la tradición clasicista.
  • La de la creatividad frente a la imitación neoclásica.
  • La de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada.

Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición, que los ilustrados y neoclásicos ridiculizaban.

Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las literaturas en lenguas regionales durante este periodo: la gaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo XVIII, de espíritu clásico y universalista, difundida por toda Europa mediante Napoleón.

El Romanticismo se expandió también y renovó y enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo dando entrada a lo exótico y lo extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración.

Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo», subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas.

Manifestaciones culturales

El movimiento literario Sturm und Drang (en alemán: 'Tormenta e ímpetu'), desarrollado durante la última mitad del siglo XVIII, fue el precedente importante del Romanticismo alemán.

Los autores importantes fueron (el joven) Johann Wolfgang von Goethe, (el joven) Friedrich Schiller, Friedrich Gottlieb Klopstock y Ludwig van Beethoven.

Romanticismo alemán

El Romanticismo alemán no fue un movimiento unitario. Por ello se habla en las historias literarias de varias fases del Romanticismo. Una etapa fundamental fueron los años noventa del siglo XVIII (Primer Romanticismo), pero las últimas manifestaciones alcanzan hasta la mitad del siglo XIX.

Los filósofos dominantes del romanticismo alemán fueron Johann Gottlieb Fichte y Friedrich Wilhelm Joseph Schelling (los fundadores del Idealismo alemán).

Los autores más importantes son Goethe, Novalis, Ludwig Tieck, Friedrich Schlegel, Clemens Brentano, August Wilhelm Schlegel, Achim von Arnim, E.T.A. Hoffmann y Friedrich Hölderlin.

Postromántico se puede considerar a Heinrich Heine.

Romanticismo francés

El Romanticismo francés tuvo su manifiesto en Alemania (1813), de Madame de Staël, aunque el gran precursor en el siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, autor de Confesiones, Ensoñaciones de un paseante solitario, el Emilio, Julia, o La nueva Eloísa y El contrato social, entre otras obras.

En el siglo XIX sobresalieron Charles Nodier, Víctor Hugo, Alphonse de Lamartine, Alfred Victor de Vigny, Alfred de Musset, George Sand, Alexandre Dumas (tanto hijo como padre), entre otros; son los mayores representantes de esta estética literaria.

Romanticismo inglés

El Romanticismo comenzó en Inglaterra casi al mismo tiempo que en Alemania; en el siglo XVIII ya habían dejado sentir un cierto apego escapista por la Edad Media y sus valores de falsarios inventores de heterónimos medievales como James Macpherson o Thomas Chatterton, pero el movimiento surgió a la luz del día con los llamados Poetas lakistas (Wordsworth, Coleridge, Southey), y su manifiesto fue el prólogo de Wordsworth a sus Baladas líricas, aunque ya lo habían presagiado en el siglo XVIII Young con sus Pensamientos nocturnos o el originalísimo William Blake.

Lord Byron, Percy Bysshe Shelley y John Keats son los líricos canónicos del Romanticismo inglés. Después vinieron el narrador Thomas De Quincey, y los ya postrománticos Elizabeth Barrett Browning y su marido Robert Browning, este último creador de una forma poética fundamental en el mundo moderno, el monólogo dramático.

En narrativa destaca Walter Scott, creador del género de novela histórica moderna con sus ficciones sobre la Edad Media inglesa, o las novelas góticas El monje de Matthew Lewis o Melmoth el Errabundo, de Charles Maturin.

Romanticismo español.

En España el movimiento romántico tuvo precedentes en los afrancesados ilustrados españoles, como se aprecia en las Noches lúgubres (1775) de José de Cadalso o en los poetas prerrománticos (Nicasio Álvarez Cienfuegos, Manuel José Quintana, José Marchena, Alberto Lista...), que reflejan una nueva ideología presente ya en figuras disidentes del exilio, como José María Blanco White. Pero el lenguaje romántico propiamente dicho tardó en ser asimilado, debido a la reacción emprendida por Fernando VII tras la Guerra de la Independencia, que impermeabilizó en buena medida la asunción del nuevo ideario.

Durante la Década Ominosa en España (1823-1833) vuelve a instaurarse un régimen absolutista, y quedan suspendidas todas las publicaciones periódicas, las universidades cerradas y la mayoría de las principales figuras literarias y políticas en el exilio; el principal núcleo cultural español se sitúa, sobre todo, en Gran Bretaña y Francia. Desde allí, periódicos como Variedades, de Blanco White, contribuyeron a fomentar las ideas del Romanticismo entre los exiliados liberales, que paulatinamente fueron abandonando la estética del Neoclasicismo.

En la segunda década del siglo XIX, el diplomático Juan Nicolás Böhl de Faber publicó en Cádiz una serie de artículos entre 1818 y 1819 en el Diario Mercantil a favor del teatro de Calderón de la Barca contra la postura neoclásica que lo rechazaba. Estos artículos suscitaron un debate en torno a los nuevos postulados románticos y, así, se produciría un eco en el periódico barcelonés El Europeo (1823-1824), donde Buenaventura Carlos Aribau y Ramón López Soler defendieron el Romanticismo moderado y tradicionalista del modelo de Böhl, negando decididamente las posturas neoclásicas. En sus páginas se hace por primera vez una exposición de la ideología romántica a través de un artículo de Luigi Monteggia titulado Romanticismo.

Por otro lado, algunos escritores liberales españoles, emigrados por vicisitudes políticas, entraron en contacto con el Romanticismo europeo, y trajeron ese lenguaje a la muerte del rey Fernando VII en 1833. La poesía del romántico exaltado está representada por la obra de José de Espronceda, y la prosa por la figura decisiva de Mariano José de Larra. Un romanticismo moderado encarnan José Zorrilla (dramaturgo, autor del Don Juan Tenorio) y el Duque de Rivas, quien, sin embargo, escribió la obra teatral que mejor representa los temas y formas del romanticismo exaltado: Don Álvaro o la fuerza del sino.

Un Romanticismo tardío, más íntimo y poco inclinado por temas político-sociales, es el que aparece en la segunda mitad del siglo XIX, con la obra de Gustavo Adolfo Bécquer, la gallega Rosalía de Castro, y Augusto Ferrán, que experimentaron el influjo directo con la lírica germánica de Heinrich Heine y del folclore popular español, recopilado en cantares, soleás y otros moldes líricos, que tuvo amplia difusión impresa en esta época.

Romanticismo italiano

El Romanticismo italiano tuvo su manifiesto en la Lettera semiseria di Grisostomo al suo figliolo de Giovanni Berchet (1816) y destaca, sobre todo, por la figura de los escritores Ugo Foscolo, autor del famoso poema Los sepulcros, y Giacomo Leopardi, cuyo pesimismo se vierte en composiciones como El infinito o A Italia. El romanticismo italiano tuvo también una gran novela histórica, I promesi sposi (Los novios), de Alessandro Manzoni.

Romanticismo ruso

En Rusia, el Romanticismo supuso toda una revolución, pues autorizó como lengua literaria el hasta entonces poco cultivado idioma ruso. El artífice de este cambio fue el gran escritor ruso Alejandro Pushkin, acompañado de numerosos seguidores e imitadores.

Romanticismo checo

En la literatura checa destacan los escritores Karel Hynek Mácha y František Čelakovský y el eslovaco, y también ideólogo del paneslavismo romántico, Ján Kollár.

Romanticismo portugués

En Portugal introdujeron el Romanticismo Almeida Garret y Alejandro Herculano; puede considerarse postromántico al gran poeta Antero de Quental.

Romanticismo rumano

En Rumania, su máximo exponente fue Mihai Eminescu y, entre los húngaros, sobresalió el poeta Sándor Petőfi.

Romanticismo estadounidense

El Romanticismo estadounidense, salvo precedentes como William Cullen Bryant, proporcionó a un gran escritor y poeta, Edgar Allan Poe, creador de una de las corrientes fundamentales del Postromanticismo, el Simbolismo, y a James Fenimore Cooper (discípulo de las novelas históricas de Scott).

Se puede considerar un postromántico el originalísimo pensador anarquista Henry David Thoreau, introductor de ideas anticipadas a su tiempo como la no violencia y el ecologismo, y autor del famoso ensayo Sobre la desobediencia civil. En los Estados Unidos también se habla de transcendentalismo.


Romanticismo argentino

El Romanticismo tuvo su primera manifestación en la Argentina con la aparición en 1832 del poema Elvira o la novia del Plata de Esteban Echeverría, quien lideró el movimiento que se concentró en la llamada Generación del 37 y tuvo uno de sus centros en el Salón Literario.

El romanticismo argentino integró la lengua tradicional española con los dialectos locales y gauchescos, incorporó el paisaje rioplatense a la literatura y los problemas sociales. El romanticismo argentino se produjo íntimamente ligado con el romanticismo uruguayo. En Hispanoamérica, el contenido nacionalista del romanticismo confluyó con la recién terminada Guerra de Independencia (1810–1824), convirtiéndose en una herramienta de consolidación de las nuevas naciones independientes, recurriendo al costumbrismo como una herramienta de autonomía cultural.

Entre las obras más importantes del movimiento se destacan «La cautiva» y «El matadero», ambas de Echeverría,[1] [2] el Martín Fierro obra maestra de José Hernández, Amalia de José Mármol, Facundo de Domingo F. Sarmiento y el folletín y obra dramática Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez, considerado fundador del teatro rioplatense.

Romanticismo mexicano

El romanticismo mexicano se distinguía por amalgamar el periodismo, la política, el positivismo y el liberalismo, pues surgió en los años previos a la Revolución mexicana. El poeta Manuel Acuña es posiblemente el máximo representante del romanticismo en México.

Otros romanticismos en Latinoamérica

Obras acordes con la sensibilidad romántica se encuentran en las crónicas histórico-ficticias (Tradiciones) del peruano Ricardo Palma. Otros nombres a destacar son el cubano José María de Heredia. Cabe citar también la primera parte de la obra del notable narrador chileno Alberto Blest Gana, cuya producción modelada por el costumbrismo de Balzac se interna en las fisuras del idealismo romántico. En fin, las obras del guatemalteco José Batres Montúfar han sido muy importantes en toda Latinoamérica.

Lugares de reunión

Los lugares donde se reunían los románticos eran muy diversos. Fuera de las redacciones de las revistas románticas, existían determinadas tertulias, como por ejemplo El Parnasillo en Madrid, o, en París, El Arsenal, del cual, si hemos de creer a Alphonse de Lamartine, «era la gloria Víctor Hugo y el encanto Charles Nodier» (Las Noches, de Alfred de Musset, precedida del estudio de dicho poeta por A. Lamartine. Madrid: Biblioteca Universal, 1898). En este cenáculo reuníanse entre otros Alfred de Musset, Alfred de Vigny, Boulanger, Deschamps, Emile y Antoine Sainte-Beuve, etc.

También los rusos tuvieron su cenáculo: la Sociedad del Arzamas (La revolución y la novela en Rusia, por Emilia Pardo Bazán, Madrid, s. a., pág. 245).

Romanticismo musical

Comenzó en Alemania, partiendo de Beethoven y siendo seguido por Carl Maria von Weber en 1786 y Félix Mendelssohn. Es un estilo musical imaginativo y novelesco. Este movimiento afectó a todas las artes y se desarrolló sobre todo en Francia y Alemania.

La estética del romanticismo se basa en el sentimiento y la emoción. En el romanticismo se piensa que la música pinta los sentimientos de una manera sobrehumana, que revela al hombre un reino desconocido que nada tiene que ver con el mundo de los sentimientos que le rodea.

El estilo romántico es el que desarrolla la música programática y el cromatismo de una forma predominante. Se da a lo largo de todo el siglo XIX, aunque al principio del siglo XX se entra en el impresionismo.

De forma diferente a la Ilustración dieciochesca, que había destacado en los géneros didácticos, el Romanticismo sobresalió sobre todo en los géneros lírico y dramático; en este se crearon géneros nuevos como el melólogo o el drama romántico que mezcla prosa y verso y no respeta las unidades aristotélicas. Incluso el género didáctico pareció renovarse con la aparición del cuadro o artículo de costumbres. La atención al yo hace que empiecen a ponerse de moda las autobiografías, como las Memorias de ultratumba de François René de Chateaubriand. También surgió el género de la novela histórica y la novela gótica o de terror, así como la leyenda, y se prestó atención a géneros medievales como la balada y el romance. Empiezan a escribirse novelas de aventuras y folletines o novelas por entregas.

El espíritu romántico

El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo burgués y preconizaba el amor libre y el liberalismo en política, aunque hubo también un Romanticismo reaccionario, representado por Chateaubriand, que preconizaba la vuelta a los valores cristianos de la Edad Media. El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo el Romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron jóvenes. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como símbolo de todo lo verdadero y genuino.

Pintura romántica

La pintura romántica sucede a la pintura neoclásica de finales del XVIII, con unos nuevos gustos desarrollados por todas las facetas artísticas del Romanticismo como la literatura, la filosofía y la arquitectura. Está hermanada con los movimientos sociales y políticos, que ganaron cuerpo con la Revolución francesa.

El término romántico, surgido en Inglaterra en el siglo XVII para referirse a la novela, fue adaptado a principios del siglo XIX a las artes plásticas, en contraposición al neoclasicismo imperante. El romanticismo en la pintura se extiende desde 1770 hasta 1870, prácticamente cien años, distinguiéndose tres periodos:

1. 1770-1820 o prerromanticismo

2. El apogeo del romanticismo pictórico se da, aproximadamente, entre 1820 (hay fuentes que señalan 1815) y 1850 (o, por adoptar una fecha simbólica, 1848).

3. 1850-1870 o tradición post-romántica

Cada uno de estos períodos posee sus particularidades en cuantos lugares en que se desarrolló o artistas que lo adoptaron.

El sistema y los valores del romanticismo

El primer período del romanticismo (1770-1820) se desarrolla en paralelo con el neoclasicismo (1760-1800) o más bien en oposición a esta corriente. En efecto, allí donde el neoclasicismo propone una belleza ideal, el racionalismo, la virtud, la línea, el culto a la Antigüedad clásica y al Mediterráneo, el romanticismo se opone y promueve el corazón, la pasión, lo irracional, lo imaginario, el desorden, la exaltación, el color, la pincelada y el culto a la Edad Media y a las mitologías de la Europa del Norte.

La obra de Turner Light and Colour (Goethe's Theory) — The Morning after the Deluge — Moses writing the Book of Genesis (Luz y Color (Teoría de Goethe) - La mañana después del Diluvio - Moisés escribiendo el Libro del Génesis), ejemplifica esta oposición. Esta pintura se caracteriza por un torbellino sensual de colores y de luz en torno a un personaje o persona que no podría identificarse sin conocer el título.

Pero el romanticismo no puede sólo definirse en términos de oposición, pues desarrolló sus propias características:

El individualismo, el sentimentalismo, el misticismo

«El romanticismo no se halla ni en la elección de los temas ni en su verdad exacta, sino en el modo de sentir. Para mí, el romanticismo es la expresión más reciente y actual de la belleza. Y quien dice romanticismo dice arte moderno, es decir, intimidad, espiritualidad, color y tendencia al infinito, expresados por todos los medios de los que disponen las artes.»

Según él, la modernidad constituye un leitmotiv. Esta forma de pensar se encuentra asimismo en Stendhal, que considera que el neoclasicismo está superado y que lo moderno era el romanticismo (por tanto, los sentimientos, el color, pero también el individualismo).

Este movimiento consiste en una forma de sensibilidad que glorifica al individuo. Delacroix dijo que el romanticismo era «la libre manifestación de sus impresiones personales». El romanticismo defiende la superioridad del sentimiento sobre la razón, y por ello exalta la sensibilidad, la imaginación y las pasiones. Más que como un estilo pictórico, ha de concebirse como un movimiento social y espiritual.

El individualismo propio de la época hizo que, por vez primera, los pintores no trabajasen de encargo, sino conforme los dictados de su imaginación, expresándose a través de la pintura, buscando pintar sus ideas y sentimientos personales.

Centró su atención en el paisaje y la naturaleza, así como la figura humana y la supremacía del orden natural por encima de la voluntad de la Humanidad. Se sigue una filosofía panteísta (véase Spinoza y Hegel). Es una concepción opuesta a los ideales ilustrados, pues ve el destino de la humanidad bajo una luz más trágica o pesimista. La idea que los seres humanos no están por encima de las fuerzas de la Naturaleza entra en contradicción con los ideales de la Antigua Grecia y del Renacimiento, en los que la Humanidad estaba por encima de todas las cosas y era dueña de su destino. Este pensamiento llevó a los artistas románticos a representar lo sublime, iglesias en ruinas, naufragios, masacres y locura.

El romanticismo tiene su origen en la filosofía del siglo XVIII, pues en autores como Rousseau o Goethe se ve ya ese culto al sentimentalismo, el amor a la naturaleza y el rechazo de la civilización.

El culto a la Edad Media, las «brumas del Norte» y el exotismo (civilización árabe)

La imaginación de los pintores románticos se sintió atraída por la Edad Media y las leyendas del Norte.

El romanticismo desarrolla la pasión por los temas históricos. En particular se trata la Edad Media, más que otros períodos como la Antigüedad. A los pintores les atraía de esta época su exotismo, por el cambio de fondo y de accesorios, así como por ver en ella una época de piedad intensa a la que se deseaba retornar. Las ruinas, como la Abadía en el robledal de Caspar David Friedrich, se convierten en un tema romántico por excelencia.

La mitología nórdica sustituyó en los cuadros a los dioses grecolatinos.

Además, les atrae el exotismo, sobre todo las civilizaciones árabes, dando lugar a una corriente pictórica particular: el orientalismo, que recorrerá todo el siglo XIX. Muchos pintores representaron escenas árabes y edificios islámicos. Los pintores ya no viajaban sólo a Italia, como habían hecho hasta entonces, hasta abarcar otros lugares como Turquía, Marruecos, Argelia o España, que se puso de moda en toda Europa como prototipo de un exotismo cercano. En parte, el orientalismo se debió a las campañas napoleónicas por Oriente, que permitieron descubrir un Mediterráneo de paisajes inéditos, con civilizaciones que resultaban misteriosas, como la árabe y judía. Esta influencia es muy evidente en pintores franceses como Delacroix o los orientalistas.

Pero, al mismo tiempo, debido a las convulsiones históricas y sociales, vuelven los ojos al pasado del propio país, como ocurre con el purismo nazareno y el llamado estilo trovador.

También se recurre a temas folclóricos, costumbristas o populares.

Por último, la literatura se convirtió en fuente de inspiración. Se utilizaron autores clásicos (Froissart, Tasso, Dante o Shakespeare) y también otros contemporáneos (Byron, Goethe o Walter Scott).

Violencia

En muchos cuadros del romanticismo se aprecia un interés por la violencia, el drama, la lucha, la locura. Ocuparon un lugar preponderante en muchos cuadros lo misterioso y lo fantástico, expresados de forma dramática. También se representaron la melancolía extrema y la pesadilla, llegando a combinar en ocasiones el tema de la muerte con el erotismo.

Los temas fantásticos y macabros comenzaron a aparecer en pintura a partir de 1775, por influencia de la literatura alemana. Monstruos, brujas y espectros poblaron los lienzos.

El romanticismo concede gran importancia a lo irracional. Autores como Füssli, Blake o Goya, en plena época neoclásica, pintaron cuadros que rendían culto al inconsciente, a la irracionalidad, la locura y el sueño. La locura fue un tema que particularmente ocupó a Géricault, quien al final de su vida realizó toda una serie de locos, por ejemplo, El cleptómano.

En cuanto al tema de la muerte combinada con el erotismo, el ejemplo más evidente es La muerte de Sardanápalo, de Delacroix.

Ideología política

En un primer momento, el romanticismo es un movimiento cultural vinculado con la Restauración, pues se inicia como reacción conservadora al Neoclasicismo revolucionario.

Pero después, en un segundo período, el romanticismo se hace liberal y revolucionario. Ejemplo de ello es La libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix, protagonizado por Marianne llevando la bandera francesa. Es una imagen de combate dentro de una «nube luminosa». Delacroix asume la causa de la libertad: se pinta en la tela (inclusión del artista entre los movimientos sociales y políticos).

Estilo

La pintura romántica apela al subjetivismo y la originalidad. Se inspira en escenas violentas como en La carga de los Mamelucos de Goya, tiene un gusto por el dramatismo, que utiliza para remover el sentimiento del público.

En cuanto la expresión, utiliza con frecuencia fuertes contrastes de luz y sombra (claroscuro). El colorido es característico del romanticismo, pues prevalece sobre el dibujo, que asume un papel secundario. La pincelada se hizo visible, impetuosa. El empaste es en general grumoso y espeso, de manera que la pintura adquirió una naturaleza táctil que reforzaba su carácter de creación impulsiva y espontánea. A veces el acabado del cuadro tiene un aspecto de esbozo.

En cierto sentido, al hablar del romanticismo se puede hablar de un neo-barroco, por el movimiento, la tensión, el empuje, los contrastes y los colores de estos cuadros. Son, en general, pintores barrocos los que influyen a los pintores románticos: la huella de Caravaggio es evidente en Géricault, mientras que Rubens influye en Gros y en Delacroix.

Ello no elimina que en casos concretos otros sean los pintores que influyeron: así los nazarenos pretenden acercarse a los primitivos italianos como Fra Angélico, Gérard a Leonardo y, finalmente, Prud'hon se ve influido por el manierista Correggio.

Los temas que preferían los románticos se evidencian en los géneros que cultivaron. Así, el tema de la naturaleza hizo que los paisajes se convirtieran en un género mayor, cuando hasta entonces era considerado menor o mero fondo decorativo para las composiciones de figuras.

No se trataba de descripciones topográficas, sino de expresar emociones humanas a través del paisaje. Es en Gran Bretaña donde el paisaje experimentó el cambio radical. También alcanzó cierto desarrollo la pintura animalista, esto es, la que representaba animales, tanto salvajes como domésticos, si bien con tendencia a mostrarlos fieros, por lo que se pintaron numerosos cuadros reflejando actividades como la caza, y animales como el león o el caballo, siendo este último el animal fetiche de Géricault. Otro género que cobró importancia fue la pintura costumbrista, que reflejaba los tipos y personajes populares.

El tratamiento de las figuras procura ser realista. Así, cuidan de que la ropa de los personajes se corresponda con la época histórica que pretenden representar o con el lugar en que tiene lugar la escena (por ejemplo, Oriente en los cuadros orientalistas). Si el cuadro lo requiere, no evitan pintar personas heridas, deformes o muertas, llegando a recurrir al depósito de cadáveres para poder conocer y reflejar más verosímilmente a los muertos; así lo hizo Géricault cuando pintó La balsa de la Medusa.

Las técnicas usadas variaron. Predominó la pintura al óleo sobre lienzo, de variados tamaños, inclinándose los franceses, en general por los de grandes dimensiones. Pero también se utilizó la acuarela, técnica preferida por muchos pintores ingleses, y que era especialmente útil para aquellos pintores que viajaban. El dibujo experimentó cierto auge, debido a la facilidad con que expresaba el mundo interior del artista. La pintura al fresco intentó ser recuperada por los nazarenos.

Muchos dibujos y pinturas alcanzaron una gran difusión gracias a medios de reproducción como la litografía, la aparición de prensas metálicas y el renacimiento del grabado en madera. En el aguafuerte destacó la figura de Goya. Gracias a estos medios, a través de periódicos y revistas, se popularizaron numerosas imágenes, al alcance de todo el público.

Períodos

Prerromanticismo: 1770-1820

Arranca del rococó, con su exaltación de las ruinas, de la asimetría y su visión idílica del paisaje. Este período se caracteriza por el hecho de que se desarrolla en paralelo con el neoclasicismo. La factura sigue siendo neoclásica, pero los temas son románticos: se busca expresar sentimientos personales, predominando el sentimiento sobre la razón y se exalta lo esotérico y misterioso, representando cementerios, escenas nocturnas, tormentas o fantasmas.

Inglaterra

En su origen, el romanticismo es una corriente literaria cuyas obras influyeron en los pintores, que contribuyeron a extender esta corriente a otras artes.

En Inglaterra, esta influencia procede sobre todo de una obra de James Macpherson, Poemas de Ossian (1760). Esta obra entusiasmó a toda Europa y, en particular, a Goethe, Napoleón, e Ingres. El ossianismo inspiró composiciones irracionales e imaginarias, bañadas por una luz difusa, con contornos desdibujados y figuras en forma de racimo.

Los pintores y dibujantes ingleses de la primera época se caracterizaron por una búsqueda en lo inconsciente y lo irracional.

Los pintores ingleses más conocidos de esta época son Johann Heinrich Füssli, William Blake y Thomas Girtin, destacando este último por su contribución a la revalorización de la acuarela.

J. H. Füssli (1741-1825) abandonó sus estudios religiosos para dedicarse a la pintura. Le interesa el neoclasicismo, pero le influye el romanticismo. Pinta visiones híbridas y lascivas, producto de su imaginación delirante, en las que predominan los gestos arrebatados y las distorsiones ópticas. Una de sus obras más representativas es La pesadilla.

Al estilo de Füssli recuerda la obra de William Blake (1757-1827), poeta y grabador. Es una pintura de gran aliento que está influida por el manierismo, Miguel Ángel y el arte gótico. Sus temas son literarios: la Biblia, las obras de Shakespeare, la Divina comedia y sus propios poemas. Se le considera predecesor del surrealismo.

Alemania

Alemania sufre la influencia del movimiento literario «Sturm und Drang» (Tormenta e ímpetu), que defiende la sensibilidad individual sobre las ideas del Siglo de las luces.

Los pintores alemanes importantes de esta época son Philipp Otto Runge, Caspar David Friedrich y Karl Friedrich Schinkel.

Un grupo de artistas va igualmente a desarrollarse, con el nombre de los nazarenos.

Philipp Otto Runge (1777-1810) es considerado el renovador del arte de inspiración cristiana y precursor del movimiento nazareno. Escribió una obra sobre la metafísica de la luz y el simbolismo de los colores. Destaca por su obra La gran mañana.

Caspar David Friedrich (1774-1840) fue un pintor de carácter atormentado, y es considerado el representante más genuino y singular del romanticismo alemán. Cultiva principalmente el paisaje, con ruinas góticas, noches, cementerios, árboles nudosos y espacios helados que transmiten una sensación de melancolía y angustia.

Finalmente, el arquitecto neoclásico Karl Friedrich Schinkel expresa su romanticismo en la pintura. Sus temas son la Edad Media y el sentimiento religioso exaltado dentro de la naturaleza.

Los nazarenos son un grupo de artistas salidos de la academia de Viena, que rechazaron las teorías clásicas de Winckelmann. Inspirados por la literatura romántica alemana, se instalan en Roma. Querían regresar al «inicio de la pintura», evocando en sus obras la pintura italiana del siglo XV, de manera que el arte cristiano recuperara sus formas medievales. Se inspiran en la religión católica y en el nacionalismo.

Francia

Alemania e Inglaterra ocuparon el primer plano de la escena internacional de la época en materia de romanticismo. Pero no fueron los únicos que desarrollaron este arte de sentimientos turbulentos. Francia no quedó quieta, y se inspiró en la obra de autores como Rousseau (que dijo que su corazón y su espíritu no pertenecían más al mismo individuo), Madame de Staël (se interesó por las almas exaltadas y melancólicas) y Chateaubriand.

Los primeros brotes del romanticismo pictórico se deben a alumnos del neoclásico Jacques Louis David: Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson (1767-1824) fue premio de Roma en 1789. Su obra El sueño de Endimión (1792) tiene rasgos románticos en el cuerpo del joven a la luz de la luna. Trató temas osiánicos. Su obra más célebre es Los funerales de Atala (1808), con un dibujo neoclásico pero con rasgos románticos en el juego de luces, el tema modelo, la manera composición y la presencia de la cruz.

A Antoine-Jean Gros (1771-1835), a caballo entre el neoclasicismo y el romanticismo, se le considera el padre del romanticismo francés. Fue protegido de la emperatriz Josefina y acompañó a Napoleón en su campaña italiana. Canta la epopeya napoleónica, pero de una manera diferente a la de su maestro, confiriendo una dimensión dramática a sus lienzos de gran tamaño.

Sin duda, su cuadro más famoso es Bonaparte visitando a los apestados de Jaffa (1804, Museo del Louvre), obra clave del romanticismo al transmitir un clima de emoción heroica y una técnica más libre. Contrastan en este cuadro el ambiente del lazareto, oriental, exótico y sórdido, con el héroe frío y arrogante que toca sin ningún temor la llaga de un enfermo de peste.

François Gérard (1770-1837) adoptó un estilo híbrido entre el neoclasicismo y el romanticismo. Sus figuras presentan un modelado liso, pero se encuentran inmersas en unas atmósferas irreales; presenta el patetismo sentimental de la nueva época. Destacó en el retrato (Madame de Staël, Madame Récamier). Una de sus obras más características es la Apoteosis de los héroes franceses muertos por la patria durante la guerra de la Libertad (1802, Museo Nacional del Castillo de Malmaison, Francia).

Al igual que los anteriores, Pierre Narcisse Guérin fue neoclásico en su juventud y romántico en su madurez.

España

Ya en esta época trabajaba en España uno de los grandes nombres del romanticismo: Francisco de Goya (1746-1828), quien a partir de 1790 y, sobre todo, durante la guerra de la independencia se consagró a temas dramáticos, mezclando lo fantástico y lo real. La paleta clara de su primera época se oscureció, apareciendo en ocasiones, destellos de luz.

Es uno de los pintores más potentes y visionarios, uno de los románticos más geniales. Cuando representó los acontecimientos de la época, como la guerra de independencia, lo hizo creando una atmósfera de pesadilla, mezclando lo fantástico y lo real. Son obras típicamente románticas, dentro de la producción de Goya, La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo (1814, Museo del Prado).

Goya fue igualmente grabador, con diferentes técnicas: técnica al buril, que da un trazo preciso muy cercano al neoclasicismo; y al aguafuerte que es una técnica más flexible.

1820-1850 o el apogeo del romanticismo

A partir del año 1800 comenzó a imponerse en pintura la representación de temas relativos a la historia moderna. Es entonces cuando empezó a imponerse una nueva concepción del paisaje. La plenitud de los pintores románticos se data en torno a 1824-1840.

Francia

En esta época, Alemania e Inglaterra no son ya los países pujantes en pintura, sino Francia. Este hecho se explica por las perturbaciones sociales y políticas que conoció este país. Era el momento de la restauración, en el que la sociedad se siente en crisis. Lamennais definió este desasosiego de la población, llamándolo El mal del siglo.

Pierre-Paul Prud'hon (1758-1823) es cronológicamente el primero de los tres grandes nombres de la pintura romántica francesa. Una cierta melancolía envuelve sus paisajes, como puede verse en su Retrato de Josefina.

En Francia los románticos más representativos Delacroix y Géricault.

Eugène Delacroix (1798-1863) fue un pintor apasionado que adoptó un estilo resuelto y vigoroso. Trató con libertad el color, la pasta y la textura superficial del lienzo. Son obras típicamente románticas La muerte de Sardanápalo (1827) y La Libertad guiando al pueblo (1831), ambas en el Museo del Louvre.

Théodore Géricault tiene un estilo recargado, de empaste grueso, muy influido por la obra de Rubens. Su obra más conocida es La balsa de la Medusa, que pintó con sólo 28 años. Trata una tragedia contemporánea del autor con un estilo en el que destaca el claroscuro, la composición en diagonal y el realismo con el que pintó a los muertos y agonizantes de la balsa.

Paul Delaroche (1797-1856) y Horace Vernet (1789-1863) representan la corriente ecléctica o pompier, en la que la sensibilidad romántica se expresa a través de un estilo académico.

Más convencional es Eugène Devéria (1805-1865), pintor de vivas tonalidades.

Aunque Jean Auguste Dominique Ingres es considerado heredero del neoclasicista Jacques Louis David, gran parte de su obra contiene ya la sensualidad del romanticismo, aunque nada de su espontaneidad. Por lo tanto, se considera que Ingres, con sus grandes composiciones, sus retratos y sus desnudos exóticos y orientales, es una figura intermedia, entre el neoclasicismo y el romanticismo. En obras como El sueño de Ossian (1812, Museo de Montauban) los ecos románticos son evidentes.

Su discípulo, el criollo Théodore Chassériau (1819-1856), presenta igualmente la dualidad entre el clasicismo y el romanticismo. Creó un tipo femenino nuevo, estilizado, de refinada sensualidad (Venus Anadiomena, Susana en el baño)

Inglaterra

La pintura romántica de este período en Inglaterra se caracteriza por su descubrimiento de la naturaleza, con sus paisajes, la luz y los colores. Se refleja un paisaje que progresivamente está viéndose afectado por la Revolución industrial. Los pintores ingleses más representativos del romanticismo son John Constable (1776-1837) y J. M. W. Turner (1775-1851). El primero de ellos se preocupó por el estudio de la luz, captada en sus paisajes pintados al natural, principalmente vistas de Suffolk y estudios de nubes. Tiene un estilo muy libre que influyó en los pintores románticos franceses.

Por su parte, Joseph Mallord William Turner dotó a sus obras de una dimensión onírica, recurriendo a composiciones en espiral y elaborados empastes, prevaleciendo de manera absoluta el color sobre el dibujo. Obra característica es El barco de esclavos (Traficantes de esclavos arrojan a los muertos y a los agonizantes por la borda - el tifón se aproxima), 1840, Museo de Bellas Artes de Boston, así como su obra más conocida, Lluvia, vapor y velocidad, 1844, National Gallery de Londres.

Predecesor de Constable y Turner es el paisajista John Crome (1768-1821).

Cabe mencionar también a John Martin (1789-1854), que cultivó un estilo parecido al de William Blake, tratando situaciones cotidianas con un tono apocalíptico y fantástico. Consiguió un éxito considerable en vida.

David Roberts (1796-1864), que viajó a Oriente, destacó igualmente como paisajista.

España

Goya, fallecido en 1828 demuestra en sus obras tardías un interés romántico por lo irracional. Destacan, en este período, las Pinturas negras de la Quinta del Sordo (1819-1823, Museo del Prado).

Otros pintores románticos españoles:

Finalmente, pueden mencionarse a dibujantes de ilustraciones y estampas, muchos de los cuales ilustran las publicaciones de la época: Manuel Lázaro Burgos, Valentín Carderera, Vicente Urubieta, Fernando Miranda y Francisco Ortego.

Alemania

En el Sur de Alemania aparecieron pintores influidos tanto por el romanticismo como por el realismo: Moritz von Schwind (1804-1871) y Carl Spitzweg (1808-1885).

Estados Unidos

En los Estados Unidos, la tradición romántica del arte de paisajes fue conocida con el nombre de Escuela del río Hudson (Hudson River School). Pintores importantes de esa escuela fueron:

Polonia

El principal romántico de este país fue Aleksander Orlowski (1777-1832), pintor de temas ecuestres.

Rusia

Cabe mencionar a Alexander Andreyevich Ivanov (1806-1858), quien hacia el año 1830 frecuentó a los nazarenos de Roma.

1850-1870 o la tradición post-romántica

En esta época se debilitó el romanticismo y se instaló un cierto «manierismo», esto es, se perpetuó el romanticismo en una época dominada por el realismo en numerosos campos.

En la pintura puede mencionarse a Antoine Wiertz y el simbolista suizo Arnold Böcklin (1827 – 1901), cuya obra evoca el misterio.

El español Eugenio Lucas Velázquez (1817-1870), sigue el estilo de Goya, realizando cuadros costumbristas y de sátira social. Por su parte, Mariano Fortuny (1838-1874) es un romántico tardío que combinó la técnica con un colorido luminosos en muchos cuadros de tendencia orientalista.

La línea ecléctica o pompier fue continuada en la obra de Gustave Moreau, Odilon Redon y los orientalistas Eugène Fromentin, Alexandre Gabriel Decamps y Félix Ziem.

El escritor Victor Hugo (1802-1885), a través del dibujo y la aguada ocre, con obra gráfica al carboncillo y a la tinta, representó un mundo fantástico y angustiado. Dentro del mismo campo del dibujo y la ilustración destacó Gustave Doré (1832-1883).

Poesía romántica

La poesía romántica formó parte del movimiento romántico dentro de la literatura europea durante los siglos XVIII y XIX. Algunos han atribuido la época romántica de la poesía a una reacción contra la Ilustración y la Revolución industrial. La poesía romántica aboga por un regreso del hombre a la naturaleza, lo que se ve, en particular, en las obras de Wordsworth. Cansados de la lucha por la razón y la búsqueda de la verdad, los románticos decidieron desechar la razón y abrazar la belleza.

El uso del término poesía romántica puede variar, pero la definición más común es un movimiento dentro de la poesía que busca una libertad formal, efecto emocional incrementado y uso de fuentes antiguas y folclóricas para la poesía.

Principales poetas románticos

Poetas románticos menores

· Alemania: Clemens Brentano, Joseph von Eichendorff, Achim von Arnim.

· Argentina: Esteban Echeverría, Hilario Ascasubi, Estanislao del Campo, Ruben Sada, Walter Faila, José Hernández.

· Brasil: Álvares de Azevedo, Castro Alves.

· Dinamarca: Adam Oehlenschläger, Jakob Orbesen.

· España: Rosalía de Castro y Carolina Coronado.

· Escocia: James Macpherson, Walter Scott.

· Eslovenia: France Prešeren.

· Finlandia: Johan Ludvig Runeberg, Zacharius Topelius.

· Francia: Alfred de Vigny, Gérard de Nerval, Leconte de Lisle.

· Hungría: Sándor Petőfi.

· Inglaterra: Robert Southey, Thomas Moore, James Henry Leigh Hunt, Thomas Chatterton, John Clare, Anna Laetitia Barbauld, Lady Anne Lindsay.

· Portugal: Almeida Garrett.

· República Checa: Karel Hynek Mácha.

· Rusia: Vasili Zhukovski, Konstantín Batiushkov.

· Sudán: Rashad Hashim.

· Suecia: Viktor Rydberg.

· Ucrania: Taras Shevchenko.

Postromanticismo

El postromanticismo es un movimiento estético e intelectual que nace después y a partir del Romanticismo, durante la segunda mitad del siglo XIX. Tuvo su máximo esplendor en Francia, donde dio lugar al Parnasianismo y el Simbolismo en literatura. Se expresó sobre todo en las artes literarias y musicales.

Los escritores y artistas se rebelan contra las formas de vida de los burgueses y nace su espíritu inconformista que demanda libertad. Sienten rechazo por los valores de la sociedad y caen, en su deseo de evadirse de la grisura y angustia de la realidad, en ciertos vicios como el alcohol y las drogas. Se aferraban a la aventura, la soledad y a veces al odio de su propia existencia, de forma que algunos de ellos acabaron en la locura.

La poesía, al contrario de la novela y el teatro, continúa siendo romántica (la novela y el teatro seguirá la tendencia realista). En la poesía la forma pierde parte de su interés para centrar su atención a lo emotivo que puede poseer el poema. Lo narrativo decae en favor de lo lírico.

La poesía es más personal e intimista. Se reduce la retórica y se aumenta el lirismo, con el amor y la pasión por el mundo por lo bello como temas principales. Se buscan nuevas formas métricas y nuevos ritmos. La homogeneidad de la que gozaba el Romanticismo se transforma en pluralidad en las ideas poéticas. La poesía posromántica, pues, representa, mas que una transición, un conflicto insuperable entre el Romanticismo y el Realismo, por lo que con frecuencia suelen ser interpretados sus autores como románticos descolgados; en filosofía, won decantadamente pesimistas.

Son narradores posrománticos Herman Melville y Thomas Carlyle; la Madame Bovary de Gustave Flaubert es una novela postromántica. Lord Alfred Tennyson y Elizabeth Barrett-Browning y su marido Robert Browning son también poetas postrománticos.

En la música se funde el Romanticismo y el Barroco en Johannes Brahms y Sergei Rachmaninov. También Gustav Mahler pertenece a esta estética. En España son poetas postrománticos Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro, Augusto Ferrán, Luis Antonio Ramírez Martínez y Güertero, Ricardo Blanco Asenjo, Manuel de la Revilla y José Campo-Arana.

Prerromanticismo

El prerromanticismo fue un movimiento literario que se desarrolla en Europa a lo largo del siglo XVIII y cuyo ocaso transcurre en las últimas décadas de la centuria, en total oposición al Neoclasicismo.

Durante el siglo XVIII triunfan en Europa las ideas clásicas francesas del siglo anterior (Neoclasicismo). Más, a la vez, se va forjando en varios países una reacción de signo radicalmente contrario.

Características del Prerromanticismo

En el Prerromanticismo se dan los siguientes caracteres, que lo separan del Neoclasicismo:

  • Afirma el predominio del sentimiento frente a la razón. En sus obras, los escritores expresan sus sentimientos más tristes y exaltados.
  • Rechazan las "reglas", aunque algunos escritores prerrománticos las aceptan.
  • Frente a la naturaleza arreglada y tranquila típica de los escritores neoclasicistas, los prerrománticos y más tarde los románticos prefieren lugares esotéricos y misteriosos, como cementerios, escenas nocturnas, tormentas, apariciones de fantasmas, etc.

Como ejemplo de documento prerromántico, ofrecemos un pasaje del enciclopedista francés Denis Diderot, que en el año 1760, escribió:

¿Qué necesita el poeta? ¿Una naturaleza bárbara o cultivada, tranquila o tormentosa? ¿Preferiría la belleza de un día puro y sereno al horror de una noche oscura, donde el mugido de los vientos se mezcla por intervalos al murmullo sordo y continuo del trueno lejano, y donde se ve el relámpago inflamar los cielos sobre nuestra cabeza? ¿Preferirá un estanque a una catarata que se quebranta y rompe entre los peñascos, estremeciendo al pastor que la oye lejos, apacentando su rebaño en la montaña? ¿Cuándo veremos nacer poetas? Después de grandes desastres y grandes desdichas, cuando los pueblos comiencen a respirar, y las imaginaciones excitadas por espectáculos terribles, se atrevan a pintar cosas que ni siquiera podemos concebir los que no hemos sido testigos de ellas.

El Prerromanticismo en Europa

En Suiza: Rousseau

Jean-Jacques Rousseau (1712 - 1778), natural de Ginebra, es uno de los primeros escritores prerrománticos y tuvo un gran influjo en toda Europa.

Su nacimiento costó la vida a su madre. Su padre abandonó Ginebra debido a una querella y dejó a su hijo bajo la tutela de un pastor protestante, llamado Lambercier. En 1728 fue acogido en la familia de la señora de Warrens, en Annency, donde es bautizado y convertido al catolicismo.

Rousseau afirma en su discurso Sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (1775) que la civilización ha envilecido al hombre. Pretende que vuelva al estado primitivo, al hombre natural en su esencia. En su novela Emilio o la Educación (1762), de carácter pedagógico y sentimental, expone cómo debe educarse al hombre en ese ideal de sencillez. Es deísta y cree en la bondad primitiva del hombre.

En su obra La nueva Eloísa, novela que subtitula Cartas de dos amantes que habitan en una ladera al pie de los Alpes, se hayan todos los aspectos que han de dar lugar al posterior Romanticismo: una exaltada pasión amorosa cuya acción transcurre en un paisaje melancólico.

Ensueños de un paseante solitario, donde enfrenta su sentimentalismo con la Naturaleza, y Confesiones, son obras de su última época. Otros escritores suizos, como el también pintor Johann Heinrich Füssli, más conocido como Henry Fuseli y por un tiempo adscrito al Sturm und Drang, son considerados autores del Preromanticismo.

En Inglaterra

Inglaterra es considerada la cuna del Romanticismo, al igual que el Renacimiento había surgido en Italia, el Barroco en España o el Neoclasicismo en Francia.

Los escritores más importantes de este movimiento son:

  • Allan Ramsay (1686 - 1758), que coleccionó numerosas baladas de amor y de francacheka que se convertirán muy pronto en un arsenal de temas románticos medievales generalizados entre el pueblo.
  • James Thomson (1700 - 1748), quien redescubre la inocencia de la naturaleza salvaje y de la vida rural en libertad a los poetas británicos a través de su poema Las Estaciones.
  • James Macpherson (1736 - 1796), que publicó Poemas gaélicos, atribuyéndolos a un supuesto poeta celta de los siglos II y III llamado Ossian. En ellos exaltan los sentimientos primitivos (el amor y la venganza) con gran lirismo. Más tarde, se supo que todo era una invención de Macpherson, aunque su influjo en toda Europa, y más aún en la escuela romántica, ya se había cumplido.
  • Horace Walpole (1717-1797), padre de la novela gótica, donde cultiva sus gustos eclécticos y evocadores de lo exótico, que le llevaron igualmente a construir el primer edificio neogótico, Strawberry Hill (1748).
  • Thomas Chatterton (1752 - 1770), un joven poeta pobre y genial, creó un heterónimo, el monje medieval Rowley, cuyas obras logró hacer pasar por verdaderas inspirándose en Macpherson; se suicidó siendo aún muy joven.
  • Edward Young (1683 - 1765), fue el capellán de Jorge II. Obtuvo una rápida fama con sus Pensamientos nocturnos, obra cargada de meditaciones fúnebres. Young es quien introduce en la poesía romántica europea el tema de la noche y de la Luna.
  • Thomas Gray (1716 - 1771), cuya fama es debida, principalmente, por su Elegía en un cementerio de la aldea (1751), cuya obra inicia el tono melancólico que caracterizará posteriormente a la poesía romántica. Tanto él como Edward Young pertenecen al grupo de los llamados poetas de cementerio por cultivar este tipo de poesía lúgubre.
  • William Cowper (1731-1800), preocupado por el amor a la Naturaleza, a los animales y a la vida rural.

Otros escritores que anticipan el movimiento podrían ser Samuel Richardson y su Clarissa, y Laurence Sterne y su Viaje Sentimental.

En Francia

  • Louis-Sébastien Mercier (1740 - 1814), discípulo de Rousseau, quien inventa el costumbrismo literario francés con su Tableau de Paris, indaga en la ficción científica con su ucronía L’An 2440 y promueve una ruptura con la tragedia neoclásica francesa con su Essai sur l'Art Dramatigue, en que defiende la creación de un teatro nacional vivo y atento a la sociedad actual, la vida cotidiana y cuyo destinatario sea el pueblo común.

En Italia: Vittorio Alfieri

Vittorio Alfieri representa el único apunte de prerromanticismo en Italia, más en el contenido de sus obras (rebeldía, conflicto poder-libertad) que en la forma, de inspiración clásica.

En España

En España, el periodo neoclasicista tuvo una escasa duración. Cuando apenas acababa de triunfar, nuevos gustos e ideas provenientes de Francia y de Inglaterra, dieron lugar al Prerromanticismo. Además, los grandes escritores del siglo XVIII acusan en los últimos años de su vida la crisis del Neoclasicismo e inician la tendencia prerromántica.

En esta época, la asimilación de las ideas clásicas y los sentimientos prerrománticos están más estrechamente unidos en los poetas de la Segunda escuela salmantina (Manuel José Quintana, Cienfuegos, José Cadalso) y en la escuela sevillana (Alberto Lista, Arjona, José María Blanco White y José Marchena).

En Rusia

En Rusia el Prerromanticismo fue llamado Sentimentalismo, y su autor más característico es Nikolái Karamzín, con novelitas sentimentales como La joven Liza.

En Alemania

Alemania, enemiga de Francia, se rebela rápidamente por patriotismo literario contra el afrancesamiento neoclasicista. En oposición a la Aufklärung, que seguía en Alemania las tendencias de la Ilustración francesa, surge el movimiento juvenil del Sturm und Drang ("tormenta e ímpetu"), que se basan sus composiciones en las propias tradiciones germánicas y en los cantos de Ossian.

Los stürmer odian las reglas clasicistas o toda regla que obstaculice a la expresión de sus pasiones, y propugnan el retorno a la naturaleza, la libertad en los sentimientos y en el arte, con afán de originalidad.

Johann Gottfried Herder

Se puede considerar a Herder uno de los puntos de referencia del Prerromanticismo alemán, si bien conserva algunos rasgos de la Ilustración, probablemente por influencia de Immanuel Kant. Pero para Herder, en contra de la Ilustración, la literatura no debe seguir unas pautas o unos modelos, sino la inspiración del genio, enraizado en su época y su entorno cultural. Pone en duda la vigencia de la tragedia griega como modelo de todo teatro, pues para él cada literatura está enraizada en sus concretas circunstancias y sólo se comprende desde ellas.

Con ello será uno de los precursores del relativismo cultural, aunque sigue manteniendo la idea -inspirada por Kant y la Ilustración - de la unidad profunda de la Humanidad, que se manifiesta en la diversidad. Con el aprecio de la diversidad, la explicación genética de los fenómenos culturales y su aprecio por el genio aportará elementos decisivos al Prerromanticismo.

Johann Wolfgang von Goethe

Goethe (1749 - 1832) es el escritor más importante de la Literatura alemana y uno de los más representativos del mundo.

Su dilatada vida se puede dividir en dos etapas. En la primera, de rasgos típicos prerrománticos, escribe sus dramas Goetz de Berlinchingen, Clavijo (que tiene por personaje al escritor español Clavijo y Fajardo y por asunto sus amores con la hermana del escritor francés Beaumarchais), Egmont y la novela Werther, en forma epistolar.

En la segunda y última etapa de su vida, está influida por los viajes que realizó a Italia (Roma y Sicilia, a ésta última la llamó "la isla reveladora"). "La venda se me cae de los ojos", decía el escritor en su fase postrera, inclinado a un clasicismo puro, sin la adulteración de los neoclasicistas franceses. Como producto de esta evolución, nos legó tragedias como Ifigenia en Táuride, Torcuato Tasso y Elegías romanas.

Goethe cultivó gran variedad de géneros literarios (se interesaba por la Filosofía y las Ciencias Naturales), en los que funde la serenidad y claridad propia del clasicismo y la grandeza y la pasión romántica, movimiento que, por otra parte, criticó con dureza. Fruto de la unión de ambas tendencias son su poema Herman y Dorotea, sus novelas Guillermo Meister y Las afinidades electivas, sus confesiones literarias Poesía y Verdad y, sobre todo, su poema Fausto, de trascencencia filosófica y considerada una de las obras más representativas de la literatura universal. En Fausto, recoge la leyenda medieval del doctor Fausto, que dedicada toda su vida a la ciencia, pacta con el diablo (Mefistófeles), con el deseo de recuperar la juventud y alcanzar el amor de Margarita.

Goethe vivió la mayor parte de su vida en la corte de Weimar, como consejero del duque de Sajonia.

Friedrich Schiller

Friedrich Schiller (1759 - 1805) es el autor dramático alemán más significativo de su época. También su vida se puede dividir en dos etapas, iniciada la segunda tras entablar amistad con Goethe (1749), diez años mayor que él, quien le acoge en la corte de Weimar, donde para el resto de su vida. La amistad entre Goethe y Schiller, que llegaron a colaborar en los Xenia (Colección de seiscientos epigramas, a los que dan un título de Marcial), fue muy fecunda y, aunque poseían distinto temperamento, se beneficiaron mutuamente. Schiller fallece a los cuarenta y seis años a consecuencia de la tuberculosis.

Primera época

La primera época de Schiller es típicamente prerromántica y encaja con las teorías del Sturm und Drang. Es en esta etapa cuando escribe obras como Los bandidos, escrita a los veintidós años, La conjuración de Fiesco, de temática veneciana y Don Felipe, que trata sobre Felipe II de España. Son dramas juveniles en los que Schiller se revela contra las leyes y los prejuicios de la sociedad y defiende ideales de justicia y libertad.

A las creaciones dramáticas de su juventud anteriormente citadas, le siguen una serie de trabajos sobre estética, como Cartas sobre la educación estética del hombre, Callias y Sobre la poesía ingenua y la sentimental. Escribió también los poemas Himno a la alegría, que inspiró a Beethoven su Novena Sinfonía;[3] Los dioses de Grecia, El ideal de la vida y otras baladas, entre las que destaca La campana, su poema más famoso. Además, también escribió libros históricos, guiado por la necesidad.

Segunda época

El encuentro con Goethe establece un punto de inflexión en la vida y la producción literaria de Schiller. A partir de este momento escribe exclusivamente obras dramáticas, entre las que se encuentran sus creaciones de mayor calibre de su trayectoria.

La trilogía de Wallestein es considerada la obra más importante del teatro alemán. A esta le siguen María Estuardo, sobre la reina de Escocia; La dondella de Orleans, sobre Juana de Arco; y por último Guillermo Tell, sobre el héroe popular suizo.

Schiller no pretende ser fiel a la historia o a la leyenda en que se basa, sino que la suele deformar a su conveniencia, con el fin de expresar sus ideas románticas de rebelión.

Literatura española del Romanticismo

El Romanticismo es un movimiento revolucionario en todos los ámbitos vitales que, en las artes, rompe con los esquemas establecidos en el Neoclasicismo, defendiendo la fantasía, la imaginación y las fuerzas irracionales del espíritu. El Neoclasicismo aún perdura en algunos autores, pero muchos, que se iniciaron en la postura neoclasicista, se convirtieron ávidamente al Romanticismo, como el Duque de Rivas o José de Espronceda. Otros, sin embargo, fueron desde sus inicios románticos convencidos.

El origen del término "romanticismo" dista mucho de ser claro, además, la evolución del movimiento cambia según el país. En el siglo XVII aparece ya en Inglaterra con el significado de "irreal". Samuel Pepys (1633 - 1703) lo emplea en el sentido de "emocionante" y "amoroso". James Boswell (1740 - 1795) lo utiliza para describir el aspecto de Córcega. Romantic aparece como adjetivo genérico para expresar lo "pasional" y "emotivo".

En Alemania, sin embargo, fue empleado por Johann Gottfried Herder como sinónimo de "medieval". El término romanhaft (novelesco) fue reemplazado por romantisch, con connotaciones más emotivas y pasionales. En Francia, Jean-Jacques Rousseau lo utiliza en una descripción del Lago de Ginebra. En 1798, el Diccionario de la Academia Francesa recoge el sentido natural y el sentido literario de romantique. En España hay que esperar hasta 1805 para dar con la expresión romancista. Durante los años 1814 y 1818, tras sucesivas polémicas, se usan, aún con indecisión, los términos de romanesco, romancesco, románico y romántico.

Los precursores del Romanticismo, que se extendió por Europa y América, son Rousseau (1712 - 1778), pensador francés, y el dramaturgo alemán Goethe (1749 - 1832). Bajo el influjo de estas figuras los románticos se encaminan a crear obras menos perfectas y menos regulares, pero más profundas e íntimas. Buscan entre el misterio e imponen los derechos del sentimiento. Su lema es la libertad en todos los aspectos de la vida.

El Romanticismo en España fue tardío y breve, más intenso, pues la segunda mitad del siglo XIX lo acapara el Realismo, de características antagónicas a la literatura romántica.

Tendencias del Romanticismo

En España, el romanticismo es considerado complejo y confuso, con grandes contradicciones que comprenden desde la rebeldía y las ideas revolucionarias hasta el retorno a la tradición católico-monárquica. Respecto a la libertad política, algunos la entendieron como una mera restauración de los valores ideológicos, patrióticos y religiosos que habían deseado suprimir los racionalistas del siglo XVIII. Exaltan, pues, el Cristianismo, el Trono y la Patria, como máximos valores. En esta vertiente de Romanticismo tradicional se incluyen Walter Scott, en Inglaterra, Chateaubriand, en Francia y el Duque de Rivas y José Zorrilla en España. Se basa en la ideología de la Restauración, que se origina tras la caída de Napoleón Bonaparte, y defiende los valores tradicionales representados por la Iglesia y el Estado. Por otro lado, otros románticos, como ciudadanos libres, combaten todo orden establecido, en religión, arte y política. Reclaman los derechos del individuo frente a la sociedad y a las leyes. Ellos representan el Romanticismo revolucionario o Romanticismo liberal y sus representantes más destacados son Lord Byron, en Inglaterra, Victor Hugo, en Francia y José de Espronceda, en España. Se apoya en tres pilares: la búsqueda y la justificación del conocimiento irracional que la razón negaba, la dialéctica hegeliana y el historicismo.

El costumbrismo

El costumbrismo fija su atención en los hábitos contemporáneos, principalmente desde el punto de vista de las clases populares, y se expresa en un lenguaje purista y castizo. El principal autor costumbrista es Mesonero Romanos, situado al margen del Romanticismo y con una postura irónica ante él. El costumbrismo, generado en el seno del Romanticismo como un signo de melancolía por los valores y costumbres del pasado, contribuyó a la decadencia del movimiento romántico y al inicio del Realismo cuando se aburguesó y se convirtió en un método descriptivo.

Marco histórico

El Romanticismo abarca la primera mitad del siglo XIX, que es una etapa de fuertes tensiones políticas. Los conservadores defienden sus privilegios pero los liberales y progresistas luchan por suprimirlos. Se abre paso el laicismo y la masonería goza de gran influencia. El pensamiento católico tradicional se defiende frente a las nuevas ideas de los librepensadores y seguidores del filósofo alemán Krause. La clase obrera desencadena movimientos de protesta de signo anarquista y socialista, con huelgas y atentados. Mientras en Europa se desarrolla fuertemente la industria y se enriquece culturalmente, España ofrece la imagen de un país poco adelantado y que cada vez está más alejado de Europa.

Características del Romanticismo

  • Rechazo al Neoclasicismo. Frente al escrupuloso rigor y orden con que, en el siglo XVIII, se observaron las reglas, los escritores románticos combinan los géneros y versos de distintas medidas, a veces mezclando el verso y la prosa; en el teatro se desprecia la regla de las tres unidades (lugar, espacio y tiempo) y alternan lo cómico con lo dramático.

  • Subjetivismo. Sea cual sea el género de la obra, el alma exaltada del autor vierte en ella todos sus sentimientos de insatisfacción ante un mundo que limita y frena el vuelo de sus ansias tanto en el amor, como en la sociedad, el patriotismo, etc. Hacen que la naturaleza se fusione con su estado de ánimo y que se muestre melancólica, tétrica, misteriosa, oscura... a diferencia de los neoclásicos, que apenas mostraban interés por el paisaje. Los anhelos de amor apasionado, ansia de felicidad y posesión de lo infinito causan en el romántico una desazón, una inmensa decepción que en ocasiones les lleva al suicidio, como es el caso de Mariano José de Larra.
  • Atracción por lo nocturno y misterioso. Los románticos sitúan sus sentimientos dolientes y defraudados en lugares misteriosos o melancólicos, como ruinas, bosques, cementerios... De la misma manera que sienten atracción hacia lo sobrenatural, aquello que escapa a cualquier lógica, como los milagros, apariciones, visiones de ultratumba, lo diabólico y brujeril...

  • Fuga del mundo que los rodea. El rechazo de la sociedad burguesa en la que les ha tocado vivir, lleva al romántico a evadirse de sus circunstancias, imaginando épocas pasadas en las que sus ideales prevalecían sobre los demás o inspirándose en lo exótico. Frente a los neoclásicos, que admiraban la antigüedad grecolatina, los románticos prefieren la Edad Media y el Renacimiento. Como géneros más frecuentes, cultivan la novela, la leyenda y el drama histórico.

CONCLUSIÓN

Es difícil definir qué sea el romanticismo. Su carácter revolucionario es incuestionable. Supone una ruptura con una tradición, con un orden anterior y con una jerarquía de valores culturales y sociales, en nombre de una libertad auténtica. Se proyecta en todas las artes y constituye la esencia de la modernidad.

Aunque la unanimidad del movimiento romántico reside en una manera de sentir y de concebir al hombre, la naturaleza y la vida, cada país produce un movimiento romántico particular, distinto; incluso cada romanticismo nacional desarrolla distintas tendencias. En Francia o en España se suelen distinguir un romanticismo de apariencia católica y nacional de otro más liberal y materialista. En Alemania o Inglaterra se diferencia un primer romanticismo de un segundo movimiento, más maduro y menos teórico.

El Romanticismo significó un cambio de gusto de la época y de las teorías estéticas de la creación. Lo moderno frente a lo neoclásico, simbolizado en lo francés y en la imitación de los modelos antiguos. Lessing ataca el teatro francés clasicista, propone imitar a Shakespeare y crear un drama nacional.


BIBLIOGRAFÍA

· Abrams, M. H., El Romanticismo: tradición y revolución.

· Bowra, C. M., La Imaginación romántica.

· Gras Balaguer, M., El Romanticismo.

· Enciclopedia Encarta 1999 / 2000

· Berlín, Isaiah & Hardy, Henry (editor) (2000). Las raíces del romanticismo. Madrid: Taurus. ISBN 978-84-306-0369-5.

· De Paz, Alfredo (1986). La revolución romántica; poéticas, estéticas, ideologías. Traducción de María García Lozano. Madrid: Editorial Tecnos. ISBN 978-84-309-3960-2.


ANEXOS


José de Espronceda es el prototipo de poeta romántico en España. Liberal exaltado, activista político y lírico desbordado, su temprana muerte a los 34 años lo convirtió en el poeta del Romanticismo español por excelencia.

Esteban Echeverría, figura destacada del romanticismo argentino, escribió «La cautiva» y «El matadero».


Arco iris en un paisaje de montañas, de Caspar David Friedrich, 1810, óleo sobre lienzo, 70 cm × 102 cm, Museo Folkwang; ejemplo del amor panteísta a la tierra propio del romanticismo.

La libertad guiando al pueblo, de Delacroix, 1830, Museo del Louvre. Obra en la que el pintor canta a la Revolución de 1830.


Eugène Delacroix: Esquisse pour la chasse aux lions (1854), ejemplo de pintura neobarroca que recuerda a cuadros de caza de Rubens.

Nachtmahr (Pesadilla nocturna), obra de Füssli, 1802, Freies Deutsches Hochstift, Goethemuseum, Fráncfort del Meno.

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