miércoles, 4 de enero de 2012

LA CULTURA TAINA

ÍNDICE

Introducción.............................................................................................................................. 1

La cultura taina......................................................................................................................... 2

Actividades productivas......................................................................................................... 4

La caza....................................................................................................................................... 6

La pesca..................................................................................................................................... 6

La vivienda................................................................................................................................ 7

Herencia cultural taína............................................................................................................ 8

Arte taíno................................................................................................................................. 10

Duho (dujo)............................................................................................................................. 11

Mitología y religión taínas.................................................................................................... 11

El tabaco.................................................................................................................................. 12

El areíto................................................................................................................................... 12

Prácticas funerarias............................................................................................................... 12

Conclusión.............................................................................................................................. 13

Bibliografía............................................................................................................................. 14


INTRODUCCIÓN

La siguiente investigación trata sobre la cultura taina, estos integraron una raza indígena dentro de la familia lingüística arahuaca y eran procedentes del área de lo que ahora es Venezuela, aunque a lo largo de los siglos fueron poblando las distintas islas del arco antillano. Cuando los taínos llegaron al Caribe, éste ya estaba habitado por otros pueblos, también arahuacos como los igneris, y otros pueblos más antiguos aún que denominamos arcaicos. El nombre taíno significa ‘bueno o noble’ en "arawak taínu".

Cuando los primeros navegantes españoles llegaron a las islas del Caribe, los taínos estaban en plena lucha con una etnia rival, los Caribes, que ya habían conquistado las Antillas Menores.

En ese entonces la sociedad taína se dividía en unos cinco reinos controlados por caciques, a quienes se les pagaba tributo. Fray Bartolomé de las Casas en su libro Historia General de las Indias relata que en el año de 1508 quedaban unos 60.000 taínos en isla de La Española. Para 1531 la explotación y las enfermedades habían reducido el número a 600.

A continuación se dará mas detalles sobre el origen, modo de vida, la herencia taina, entre otros.


LA CULTURA TAINA

Los taínos desarrollaron una cultura basada fundamentalmente en la producción agrícola que les permitió incrementar una apreciable actividad artesanal de objetos utilitarios, tales como vasijas y otros recipientes de barro y de madera, hachas de piedra bien pulimentadas, objetos de cestería de fibras vegetales y tejidos de algodón que eran decorados con tintes extraídos de la jagua (Genipa americana) y de la bija (Bixa orellana), con los cuales, también se pintaban sus cuerpos en ocasiones especiales.

Además, los taínos fueron excelentes escultores que confeccionaron artefactos ceremoniales de gran expresión artística como los duhos o asientos ceremoniales, los ídolos o cemíes, los instrumentos para el ritual de la cohoba y los aros monolíticos.

La recolección de algunos frutos silvestres, la pesca y la caza marginal complementaban la alimentación del pueblo taíno, empleando en tales actividades instrumentos y técnicas que, junto al uso práctico y medicinal dado a ciertas plantas, denotan su profundo conocimiento del medio ambiente natural.

Al momento de la llegada de los europeos, los taínos habitaban gran parte de las islas Española y Puerto Rico, al igual que el Oriente de Cuba y parte de Jamaica. Aunque algo bajos de estatura, los indios taínos eran de cuerpos bien formados y piel color cobriza. Fueron gentes lampiñas, de cara ancha, con pómulos muy pronunciados, labios un poco gruesos y de muy buena dentadura.

Tenían el pelo negro, grueso y muy lacio, cortándoselo por encima de las cejas y también atrás, a diferencia de los macorixes y ciguayos quienes llevaban el pelo largo atándoselo atrás con una redecilla a la que insertaban plumas de "papagayos" (Temnotrogon roseigaster) y cotorras (Amazona ventralis). Los indios macorixes y ciguayos habitaron en la zona nororiental de la isla de Santo Domingo, ocupando la península de Samaná y tierras aledañas. Se caracterizaban por ser muy belicosos y diferir lingüísticamente de los taínos.

Los taínos siempre andaban desnudos, llevando solamente en sus brazos y piernas unas ligas o fajas de hilos de algodón, aunque algunas mujeres casadas utilizaban unas faldillas, tejidas también en algodón, denominadas naguas.

Existió entre ellos la costumbre de practicarles a los niños la deformación artificial del cráneo, sujetándoles con bandas de algodón dos tablillas de palma, una en el frontal y otra en el occipital, con lo cual lograban que la frente luciera más ancha. Se perforaban el lóbulo inferior de las orejas con la finalidad de lucir en ellas pasadores decorativos u orejeras, llamadas en su lengua taguaguas.

Potiza acorazonadaSu organización social, política y religiosa fue la más evolucionada entre los grupos indígenas de las Antillas. Su máxima unidad territorial era el "cacicazgo" que agrupaba determinadas aldeas o "yucayeques", los cuales estaban dirigidos por los "caciques", que ascendían a estas posiciones por la vía matrilineal hereditaria o la realización de un hecho extraordinario.

El cacique se distinguía por el guanín o disco de oro que colgaba sobre su pecho, y por el uso de cinturones hechos de algodón trenzados con cuentecillas de pedrería y conchas, al igual que cintas para lucir en la cabeza, insertándoles a ambos una guaiza o pequeña carátula central. Cuando el cacique emprendía un viaje distante de la aldea, sus súbditos le transportaban sobre una litera de madera y paja, mientras que sus hijos, cuando niños, les seguían cargados en hombros cerca de él.

Los caciques eran asistidos por unos personajes de elevada jerarquía, llamados nitaínos, siendo los naborias, de menor grado social, sobre quienes recaían faenas agrícolas y otros trabajos y servicios.

El behique o médico hechicero de la tribu fue otro personaje de importancia en la sociedad taína, por tener un vasto conocimiento de la farmacopea primitiva y velar por la curación de los enfermos mediante prácticas mágico-medicinales, interviniendo, también, en la confección de los ídolos de la cohoba y otros objetos rituales.

ACTIVIDADES PRODUCTIVAS

Los taínos llamaban conuco al lugar destinado a los sembradíos, empleando como técnicas agrícolas la siembra en montículos y el sistema de roza o tala y quema del bosque. En los montículos o montones, formados por túmulos circulares de tierra suelta, se desarrollan mejor las raíces tuberosas como la yuca (Manihot esculenta) y los ajes y las batatas (Ipomoea batatas), mientras que el sistema de roza fue utilizado, principalmente, para la siembra de maíz (Zea mays), el cual plantaban en época de luna llena al creer que así se garantizaban el crecimiento de la planta.

Los taínos aprovecharon, igualmente, los ciclos de lluvia para dar inicio a sus siembras y en la fase final de su evolución ya empeaban ciertos tipos de regadíos o acequias donde eran necesarios por la aridez de la tierra.

Sus instrumentos agrícolas fueron las hachas de piedra y la coa o pullón, especie de bastón de madera para cavar, cuya punta era previamente endurecida por el fuego. Con la fricción de ciertas leñas los taínos obtenían el fuego, con el que cocinaban muchos de sus alimentos, cocían la cerámica y derribaban grandes árboles para preparar sus sembradíos o conucos y confeccionar las canoas.

Cuando caminaban o pescaban por la noche se alumbraban con hachos o trozos de madera resinosa como la cuaba o pino (Pinus occidentalis) y el goaconax o guaconejo (Amiris spp.).

Las hachas de piedra, al igual que los raspadores de concha, fueron artefactos de trabajo muy empleados por los taínos, principalmente para hacer sus múltiples objetos de madera. Las hachas más típicas en la cultura taína son las petaloides, nombre dado por semejarse a pétalos de flores, pero hubieron otros tipos de hachas, como las hachas de cuello y los buriles, siendo algunas de ellas de uso manual, mientras que las de mayor tamaño se ataban al extremo de un mazo de madera.

Para la fabricación de sus hachas los indígenas seleccionaron rocas de gran consistencia y, por lo general, la superficie del instrumento presenta un reluciente pulimento.

El principal cultivo de los taínos era la yuca (Manihot esculenta) que rallaban o "guayaban" obteniendo una masa de la cual elaboraban el cazabí o cazabe (en la actualidad, casabe), especie de pan seco o torta que, previamente, tostaban sobre un burén y constituía su alimento básico. El maíz (Zea mays) fue otro ingrediente importante en su dienta. Lo cosechaban dos veces al año y lo comían crudo, cuando tierno, y asado, cuando más seco o maduro. También lo rallaban o trituraban para hacer con agua cierto potaje.

Otros cultivos complementarios fueron la batata (Ipomoea batatas), y el aje (posible variedad de batata) que asaban entre las brasas, además de la yahutía (Colocasia esculenta), la guáyiga (Zamia debilis), el lerén (Calathea allouia), el maní (Arachis hypogea), el tabaco (Nicotiana tabacum), algunas especies de ají (Capsicum spp.) y frutas como la piña o ananá (Ananas comosus).

Otras muchas frutas, entre ellas el mamey (Mammea americana), la guanábana (Annona muricata), la lechosa o papaya (Carica papaya), el mamón o corazón (Annona reticulata), la guayaba (Psidium guajava), el caimito (Chrysophyllum cainito), el icaco o hicaco (Chrysobalanus icaco) y la pitahaya (Hylocereus undatus) eran recolectadas en estado silvestre.

LA CAZA

Para la caza de las aves y otros animales, tales como quemíes, curíes, hutías, iguanas, caimanes, etc. utilizaron, al igual que para la pesa, el arco y la flecha, en cuyo uso eran muy diestros los indios, además de las lancetas arrojadas con propulsores y numerosas formas de trampas.

En el caso de las hutías y demás roedores, acostumbraban incendiar las sabanas, acorralando a los animales, para cazarlos en un lugar indicado o simplemente recogerlos quemados trás el incendio. En el terminal de sus lanzas o flechas insertaban, en algunas ocasiones, una punta afilada hecha de la espina que tiene en la cola el pez raya o una astilla de hueso de manatí (Manatus sp.) mientras que en otras colocaban puntas extraídas de la resistente madera del copey (Clusia rosea).

Los taínos no tuvieron animales domésticos, a excepción del pequeño perro "mudo" o aon, cuya carne consumían, y las higuacas o cotorras (Amazona ventralis) a las que enseñaban a hablar. Asimismo, se emplearon corrales de estacas en los mares y ríos para el cautiverio de especies acuáticas y jaulas para las aves.

LA PESCA

La pesca fue una práctica común de los taínos, motivo para que sus poblados se formaran preferentemente a orillas del mar y de los ríos y sus esteros donde abundaban los manglares. Esa actividad, complementaria de su dieta, era realizada con arcos y flechas, anzuelos hechos de hueso o de concha de tortuga, y grandes redes de algodón que sumergían con pesas de piedra. En la pesca marina usaron el pez guaicano o rémora (Eucheneis naucrotes), el cual sujetaban por una cuerda y soltaban de nuevo al mar para capturar otras presas de mayor tamaño a las cuales este pez se adhería fuertemente.

Los corrales, como sistema de pesca, hechos con hileras formadas por estacas de madera o caña y bejucos, fueron utilizados en algunas áreas por los taínos, principalmente en los mares tranquilos y poco profundos.

En los ríos también emplearon ciertas raíces (baiguá) que majaban en el agua para adormecer a los peces y, cerca de sus desembocaduras, apresaban al manatí (Manatus sp.) que les proporcionaba abundante carne y de cuyos huesos, especialmente las costillas, fabricaban amuletos, orejeras y utensilios ceremoniales, como las espátulas vómicas y los inhaladores de la cohoba.

En las playas capturaban a las tortugas cuando éstas venían a desovar y recolectaban algunos crustáceos y moluscos aprovechando sus conchas como materia prima para elaborar adornos e instrumentos utilitarios.

LA VIVIENDA

Los poblados taínos eran llamados yucayeques y sus unidades habitacionales fueron los bohíos y caneyes, fabricados de postes de madera que enterraban en el suelo y de cañas sujetadas por bejucos con techos de hojas de palma o paja, dejando en lo alto un respiradero recubierto por un caballete, para la salida del aire y del humo de las brasas que siempre mantenían dentro de las casas. Un solo bohío podía albergar a varias familias, ya que era frecuente entre los taínos que las hijas casadas vivieran en las casas de sus padres.

Los "bohíos", llamados también eracras, eran de forma circular y techos cónicos, mientras que el "caney", nombre dado a la casa de los caciques, era ocasionalmente rectangular y un tanto más espacioso, con techo de dos aguas y una marquesina frontal de recibo, estando situado frente al batey o plaza donde se congregaban los miembro de la tribu para celebrar muchas de sus actividades sociales y ceremoniales.

La casa de los caciques hacía ocasionalmente las veces de tempo cuando se guardaban en ella los ídolos o cemíes. En otros casos, la casa dedicada al culto de los cemíes podía encontrarse también en las afueras de las aldeas, celebrándose entonces dentro de ella las ceremonias religiosas.

Los taínos dormían en hamacas o camas colgantes, las cuales eran tejidas de algodón (Gossypium barbadense) o maguey (Agave spp.) y sujetadas en sus extremos por hicos o cuerdas de cabuya (Furcraea hexapetala) o de henequén (Agave sisalana).

Cuando emprendían algún viaje, los taínos transportaban sus hamacas y otras pertenencias en cestas, llamadas jabas. Las hamacas eran colgadas de los árboles o de los andamios de unas enramadas temporales, denominadas barbacoas, bajo las cuales se guarecían de los efectos del sol y de la lluvia.

HERENCIA CULTURAL TAÍNA

Mi conocimiento de la herencia cultural Taína viene de cinco años trabajando en el Cibao, en la región noroeste de la Republica Dominicana. Yo vine por primera vez a la República Dominicana en 1992 para hacer investigaciones sobre la conmemoración del quintocentenario de Colón. En aquel tiempo, yo asumí que lo que leía en los libros y revistas sobre la extinción de los Taínos era la verdad. Se ve los indios en formas romantificados, petrificado en el pasado pre-Colombino, congelado en tiempo. Entonces yo me sorprendí cuando vi muchas formas culturales fuertemente Taíno en la vida cotidiana dominicana, en particular en el campo.

Pero también me di cuenta de la ironía y contradicción de muchos dominicanos quienes practican y viven en maneras culturales Taínas pero no están identificados con esa cultura. De hecho, esa gente tenía vergüenza de esta cultura porque pensaba que la cultura indígena es primitiva y subdesarrollada.

Al mismo tiempo, la herencia arqueológica estaba destruida y olvidada, la historia y la cultura eran tópicos de interés solamente para la gente de clase alta, y había pocos recursos disponibles con que las comunidades podían desarrollar sus actividades culturales tradicionales. Comencé a entender como la cultura tradicional de Quisqueya existía en oposición a las realidades económicas de la "modernización". En otras palabras, desarrollo hacia una economía moderna significa movimiento fuera de la cultura tradicional dominicana y la herencia Taína.

"Herencia" puede definirse como el legado cultural y biológico que la gente contemporánea ha llevado en su pasado ancestral y que forma una parte de su identidad comunal en el presente. La herencia Taína está ubicada en la Republica Dominicana en muchas formas, incluyendo el idioma, agricultura, comida tradicional, conocimiento medicinal y de las hierbas, tecnologías, artesanías, arquitectura, creencias espirituales, vida familiar, fiestas, cultura popular y genes sanguíneos.

Esta herencia Taína ha sido pasada de generación en generación con orígenes de gente de lengua Arahuaca quienes emigraron al Caribe desde el valle del río Orinoco unos 1,500 años antes de la colonización Española. Los arqueólogos creen que había una cultura Taína distinta, desarrollada en el Caribe por el año 600 B.C. y floreció por 900 años antes de Colón. Con el entendimiento de esta escala de tiempo, no es sorprendente que los Taínos tenían una cultura bien plantada con un entendimiento profundo del paisaje y medioambiente del Caribe.

El impacto de la Colonización Europea del siglo XV fue devastador para los Taínos y cambio drásticamente la estructura de sus modos de vida. Confrontados con enfermedades mortales extranjeras, forzados en sistemas dominantes de poder social, económico y político, se les perdieron sus derechos a la tierra, a la expresión libre y en muchos casos a la misma vida, los Taínos tenían que crear maneras radicales para sobrevivir.

La resistencia tenía muchas formas. Muchos Taínos peleaban contra los invasores que tenían ventaja, pues venían con armas de fuego, espadas, caballos, perros, y trampas. Muchos Taínos se escondieron en comunidades aisladas cimarrones, junto con esclavos Africanos fugados, lejos de los pueblos Coloniales y plantaciones. Otros estaban forzados en esclavitud y posiciones de trabajo, y Vivian lado a lado de los africanos y españoles. Una estrategia para sobrevivir es la invisibilidad. Los Taínos no mostraban su identidad y así podían sobrevivir en su nueva situación.

ARTE TAÍNO

El arte de los taínos, conceptual y a la vez, utilitario, refleja antes de nada, su visión mágico-religiosa del mundo. Sus obras de arte están representadas por una vasta gama de objetos de uso personal y doméstico, y, en particular, por un rico repertorio ceremonial. La variedad y cantidad de estos objetos, trabajosamente elaborados (recordemos que no disponían de instrumentos metálicos) en los más diversos materiales obtenibles en su ambiente o derivados de su comercio, constituyen la muestra más fehaciente de su innata inclinación artística.

Las formas abstractas, naturalistas o estilizadas de estos objetos eran tradicionales y estereotipadas, por lo cual podemos distinguir verdaderas series de objetos similares en las diversas islas habitadas por los taínos o en aquellas a las que llegaba su comercio.

El arte taíno logra sus más bellas expresiones plásticas en el medio escultórico. Con el propósito de lograr su objetivo artístico, los taínos utilizaron las duras piedras como el granito, la diorita, el basalto y otras más fáciles de tallar como el mármol y la serpentina. En muchos casos el color de la piedra, las vetas de la misma y el pulimento que lograba darle facilitaba y enriquecía la obra artística.

También se hacía uso de las bellas y duras maderas de los bosques tropícales como el guayacán (Guaiacum officinale), la caoba (Swietenia mahagoni) y otras. Los huesos del manatí, el mamífero de mayor tamaño en la fauna antillana, le proveyó de material para algunos de los más bellos artefactos de uso ceremonial así como para tallar idolillos. El hueso humano, en particular el fémur y el cráneo también le ofrecían la oportunidad de grabar representaciones antropomorfas de carácter mágico-religioso y adornos ceremoniales.

Entre los objetos más destacados del arte taíno están los destinados al culto de los cemíes, como los ídolos tallados en piedra y madera, los artefactos rituales de la cohoba, junto a ciertos instrumentos musicales como las maracas monóxilas (de una sola pieza de madera).

DUHO (DUJO)

Asiento ceremonial en guayacánDentro del mobiliario taíno resaltan los duhos o banquillos ceremoniales que se consideran, junto a los imponentes cemís de la cohoba, unas de las realizaciones más representativas del arte primitivo universal.

MITOLOGÍA Y RELIGIÓN TAÍNAS

Los taínos creían en un Ser Supremo y Protector al que llamaban Yúcahu Bagua Maócoti, cuya madre fue Atabey, Madre de las Aguas y Protectora de las parturientas, pero en sus creencias mitológicas concebían otras divinidades o cemíes que habitaban en el cielo, nombrado Turey, relacionándolos con los fenómenos atmosféricos, la creación de la Tierra y del género humano.

Entre sus más importantes relatos mitológicos están los de la creación del sol y de la luna que salieron de una cueva, llamada Mautiatihuel, donde habitaban dos cemíes hechos de piedra que eran Boínayel y Márohu, considerados dioses protectores y a los cuales se invocaba cuando no llovía. En términos religiosos, el taíno fue animista, politeísta, creyente de la vida de ultratumba, totémico y fetichista. En su producción artesanal y en el grafismo pictórico están presentes esas creencias.

EL TABACO

El tabaco ocupó un sitial muy importante en la sociedad taína, asociándolo a sus ceremonias rituales y a sus prácticas mágico-curativas. Al parecer, por sus propiedades embriagantes y aromáticas, el tabaco en forma de rapé fue uno de los componentes de los polvos alucinógenos inhalados en las cohobas. Los indígenas usaron igualmente el tabaco por placer y para mitigar el cansancio del cuerpo en las largas caminatas que frecuentemente hacían. Para ello, en las proximidades de sus casas, cultivaron con esmero las plantas de tabaco (Nicotiana tabacum) cuyas hojas secaban para hacer unos rolletes alargados que los indios fumaban constantemente.

EL AREÍTO

Una ceremonia ritual de suma importancia para el taíno lo constituía el areito, que era una expresión musical de cantos y danzas, complementada con recitaciones de hechos y hazañas ocurridas en tiempos antepasados. El areito se considera el signo más avanzado dentro de todas las expresiones culturales del pueblo taíno. Por lo regular lo practicaban en plazas ceremoniales que los españoles llamaron "corrales" y era dirigido por una persona principal.

PRÁCTICAS FUNERARIAS

En lo relativo a la muerte, no existía una unidad ritual, por lo cual las ceremonias funerarias respondían a diferentes formas. Lo único que unificaba los ritos y ceremonias de enterramiento era la creencia en un mundo supraterrenal o de ultratumba, por lo que los muertos eran enterrados con sus pertenencias esenciales para que en el más allá reconciliaran la vida personal con la vida material. Si quien moría era un cacique se acostumbraba, en algunas regiones, a enterrar viva, junto a él, a su esposa preferida, denominándose a la mujer que padecía tal sacrificio Athebeane Nequen.

CONCLUSIÓN

Se ha llegado a la conclusión que los taínos desarrollaron una cultura basada fundamentalmente en la producción agrícola que les permitió incrementar una apreciable actividad artesanal de objetos utilitarios, tales como vasijas y otros recipientes de barro y de madera, hachas de piedra bien pulimentadas, objetos de cestería de fibras vegetales y tejidos de algodón que eran decorados con tintes extraídos de la jagua (Genipa americana) y de la bija (Bixa orellana), con los cuales, también se pintaban sus cuerpos en ocasiones especiales.

Además, los taínos fueron excelentes escultores que confeccionaron artefactos ceremoniales de gran expresión artística como los duhos o asientos ceremoniales, los ídolos o cemíes, los instrumentos para el ritual de la cohoba y los aros monolíticos.

Aunque algo bajos de estatura, los indios taínos eran de cuerpos bien formados y piel color cobriza. Fueron gentes lampiñas, de cara ancha, con pómulos muy pronunciados, labios un poco gruesos y de muy buena dentadura.


BIBLIOGRAFÍA

García Arévalo, Manuel (1988). Indigenismo, arqueología, e identidad nacional. Museo del Hombre Dominicano y Fundación García-Arévalo, Santo Domingo.

Vega, Bernardo (1981). La Herencia Indígena en la Cultura Dominicana de Hoy. In Ensayos Sobre Cultura Dominicana, pp. 9-53. Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo.

Internet

http://www.kacike.org/FerbelEspanol.html

http://www.jmarcano.com/mipais/historia/tainos.html

-fo� ]3i e `? x�= ine-height: 150%;mso-fareast-font-family:"Times New Roman";color:black;letter-spacing:-.25pt; mso-ansi-language:ES-TRAD'>vigencia de garantías constitucionales, cuya supresión momentánea o temporal esta prevista constitucionalmente.

EL PROCEDIMIENTO LEGALMENTE ESTABLECIDO.

Una cuestión tan aparentemente insignificante como es el trámite procedimental en el cual han de desplegarse tanto el acto de injerencia como el posterior desarrollo del control judicial (la denominada práctica o dinámica procesal) ha sido fruto de una agria polémica tanto a nivel doctrinal como jurisprudencial. El procedimiento se realiza en el inicio de la investigación de un proceso penal.


Con su fase inicial de diligencias previas, aunque de ello no puede derivarse que de la elección del trámite de las conocidas en el argot forense como "diligencias indeterminadas" se deduzca nada más y nada menos que la nulidad de una autorización judicial de intervención telefónica, como si de la palabra prohibida se tratara. La conclusión no puede ser más lógica, ya que, "no se puede pretender que se considere nulo todo cuanto se haya actuado bajo la rúbrica de las diligencias indeterminadas, sino hay violación de derechos fundamentales..."

SOBRE LA NECESIDAD DE LA DECLARACIÓN DEL SECRETO DE LAS ACTUACIONES.

La autorización de la intervención telefónica puede o bien ser coetánea al inicio de una actuación judicial en curso con identificación previa de las personas que han de soportar la posición jurídica de ser sujetos pasivos del procedimiento penal, lo cual comporta el problema de establecer el difícil equilibrio entre el derecho de defensa del investigado, y la necesidad de garantizar los resultados de una investigación que por definición han de realizarse sin el conocimiento o espalda del investigado, pues de lo contrario se vería condenada irreversiblemente al fracaso, a la vez que produciría un estado de coacción sobre los límites de la intimidad del investigado (ya que todo tipo de conversación que este realice está siendo objeto de grabación) intolerable en un sistema democrático, salvo raras excepciones previstas en la ley y en casos excepcionales y bajo condiciones sobre el plazo de tal acto de injerencia.

Podemos comprobar que la cuestión, tanto para el Tribunal Constitucional como para el Tribunal Supremo Español, es más académica, teórica, que trascendente en una línea claramente definida y que presupone la naturaleza secreta de todo acto de injerencia frente al investigado secreto que es incito a la propia finalidad de la investigación, y en base a la cual despliega todo un haz de garantías que van desde la exigencia de la intervención de la autoridad judicial al esfuerzo de las garantías en la fase decisoria como control de la ejecución de la medida; todo precisamente por razón de un secreto que reputa connatural al acto de injerencia, en ningún momento la más alta instancia nacional de garantías constitucionales se pronuncia sobre si es necesario o no decretar el secreto de las actuaciones conjuntamente con la autorización del acto de injerencia, ni menos sobre los tiempos o plazo de su vigencia; idéntico criterio ha mantenido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en su sentencia del 6 de septiembre de 1978 (Caso Klass), deja sentado que es inherente a la propia finalidad y naturaleza de la medida del que su autorización y desarrollo se lleven a cabo inicialmente sin el conocimiento del interesado, y en ese sentido traemos a colación sentencia 1813/2000 del 27 de noviembre, la cual razona de la siguiente manera.

PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD.

Este principio establece que no deben acordarse intervenciones telefónicas en sentido general, sino, debe tenerse una posición adecuada y objetiva sobre los hechos delictivos a investigar, exigiéndose el fin concreto de la investigación con la finalidad de que este no rebase los límites constitucionales. También ha sido matizado en el sentido de que no se vulnere la especialidad y esta se da cuando no se produce una novación del tipo penal investigado, sino una adición o suma, así como que no puede renunciarse a la investigación "La Notitia Criminis" incidentalmente descubierta en una investigación dirigida a otro fin, aunque hace ello la obligatoriedad de una nueva autorización judicial especifica de la que aquella sea mero punto de partida.

Este principio busca garantizar de manera categórica los derechos fundamentales de la persona investigada, y es en ese sentido que el Tribunal Supremo Español se ha manifestado en la siguiente sentencia.

La especialidad ha llevado también a estimar la ineficacia y nulidad de las intervenciones telefónicas decretadas respecto de un delito, pretendiéndose luego utilizarlas como medios de prueba en un proceso en el que se acusa de un delito distinto, por lo que se demuestra se evidente que no puede acordarse la intervención telefónica como pesquisa, también tiene que serlo el auto que decretándola debe indicar el delito o delitos que se investiga de manera objetiva.

PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD EN LA RESOLUCIÓN JUDICIAL HABILITANTE Y GRAVEDAD DEL DELITO.

Este principio se deriva como consecuencia que este medio excepcional de investigación requiere, también una gravedad acorde y proporcionada a los delitos a investigar. Ciertamente que el interés del estado y de la sociedad en la persecución y descubrimiento de los hechos delictivos es directamente proporcionar a la gravedad de estos, por ello, solo en relación a la investigación de delitos graves, que son los que mayor interés despiertan su persecución y castigo, será adecuado al sacrificio de la vulneración de derechos fundamentales para facilitar su descubrimiento, pues en otro caso, el juicio de ponderación de los intereses en conflicto desaparecería si por delitos menores incluso faltas se generalice este sentido excepcional de investigación, que desembocaría en el generalizado quebranto de los derechos de la persona sin justificación posible. Frente a otras legislaciones que establecen un catalogo de delitos para cuya investigación, está previsto este medio excepcional.

EL DEBER DE LA MOTIVACIÓN DE LA AUTORIZACIÓN DE LA INTERVENCIÓN TELEFÓNICA.

Las resoluciones judiciales deben ser siempre motivadas porque son fruto de la aplicación razonable y razonada del derecho y no de la arbitrariedad del poder, exigencia de motivación que no se limita a las Sentencias, sino que alcanza también a los autos a los que afecta igualmente la necesidad de evitar la arbitrariedad. Esta exigencia impone que la resolución contenga una fundamentación suficiente para que en ella se reconozca la aplicación razonable del Derecho a un supuesto específico, permitiendo a un observador imparcial conocer cuáles son las razones que sirven de apoyatura a la decisión adoptada, quedando así de manifiesto que no se ha actuado con arbitrariedad.

Es deber de todo aquel que administra justicia motivar su decisión; al tiempo que constituye una exigencia constitucional, y no meramente legal, el hecho de que la resolución judicial que dispone la intervención telefónica se encuentre suficientemente motivada. Por esta razón el Juez de la instrucción al recurrir a esta medida de investigación, debe realizar y expresar en la resolución habilitante, y de manera clara el juicio de ponderación sobre la necesidad de la medida (entre la persona investigada y el delito).

PERSONA OBJETO DE INVESTIGACIÓN.

Un aspecto normalmente olvidado cuando se trata de la proporcionalidad es el relativo a la persona investigada que ha de ser mencionada en el auto como presunta autora del delito.

La exclusión de la pesquisa, como es obvio, que se investiga a una persona determinada, pero también debe entenderse que se excluye el caso de que se investigue un delito sin tener sospecha alguna de quien puede ser el autor del mismo.

Esta situación no suele presentarse cuando el teléfono intervenido está ubicado en el domicilio particular; (aunque este puede ser utilizado por personas independientes al propietario), pues nos ofrece dudas que entonces ha de especificarse en el auto quien es el titular del teléfono y quien es la persona investigada, cualidades que no siempre han de coincidir, como mas adelante explicaremos.

TELÉFONO SOBRE EL QUE SE VA A EFECTUAR EL ACTO DE INJERENCIA.

La medida de intervención telefónica supone, obvio es decirlo, la determinación en el auto, decretándola, especificando el numero sobre el cual se va a practicar el acto de injerencia, lo que se hace mencionando el número de teléfono asignado por la compañía de teléfonos correspondiente atendiendo al delito y a la persona investigada.

CONCLUSIÓN

En un Estado Democrático y de Derecho debe rechazarse toda actuación que implique un desprecio hacia los derechos y garantías individuales reconocidas en la Constitución; en el ámbito procesal, específicamente, en materia probatoria, este rechazo se materializa en la imposibilidad de dar validez a las pruebas obtenidas mediante la violación de los derechos fundamentales.

Teniendo en cuenta el carácter constitucional de la intimidad y que la preservación de las esferas privadas del individuo también son una tarea propia del Estado, se puede concluir que el mentado derecho no tiene un carácter relativo, como lo son todos los derechos, puesto que nos encontramos en un marco tan privado que no afecta a terceros y tampoco al orden y a la moral publicas, configurándose así su carácter absoluto.

Entendemos que la intervención telefónica como medio de prueba, es decir como medio para obtener elementos que cooperen para adquirir la certeza necesaria al momento de sentenciar, funciona como un método de prueba ilegal, aplicándosele la conocida doctrina del “Fruto del árbol venenoso o prohibido”.

BIBLIOGRAFÍA

· Luis P. Matos Medina. Intervenciones Telefónicas en el Proceso Penal. Santo Domingo, Rep. Dom., Año 2010

· La Declaración Universal de los Derechos Humanos.

· Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (CEDH).

· Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.